Subrayó que según la información disponible el grupo Yeish al Islam permitió a los expertos de la misión OPAQ visitar los territorios que controla y garantizar su seguridad.
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En octubre de 2017 el Mecanismo Conjunto de la ONU y la OPAQ (JIM, por sus siglas en inglés) presentó un informe en el que responsabilizaba al Gobierno sirio del ataque de abril de 2017 con gas sarín en Jan Sheijun, y a Daesh (autodenominado Estado Islámico y proscrito en Rusia y otros países) del uso de gas mostaza en Umm Hawsh en septiembre de 2016.
Damasco denunció que los expertos de la OPAQ construyeron su informe con testimonios dudosos aportados por los grupos terroristas que operan en Siria.
El propio jefe de la misión conjunta de la ONU y la OPAQ, Edmond Mulet, defendió las conclusiones del informe, aunque admitió que ningún integrante de su equipo estuvo dispuesto a viajar a Jan Sheijun para recoger pruebas en el terreno pese a las garantías de seguridad.
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El 16 de noviembre de 2017 Estados Unidos vetó la resolución de la ONU, presentada por Rusia, que pretendía extender el mandato del JIM para una investigación real de los ataques químicos en Siria.
El 23 de enero de 2018 Estados Unidos volvió a vetar en la ONU una propuesta para establecer un nuevo mecanismo para investigar el uso de sustancias tóxicas, en concreto el episodio que supuestamente se produjo en Guta Oriental y que habría afectado a 20 personas, según afirmaron los cuestionados Cascos Blancos y el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) con sede en la capital británica.
En Gobierno sirio ha refutado en múltiples las acusaciones del uso de armas químicas, alegando que todos sus arsenales químicos fueron retirados del país y eliminados en 2016 bajo la supervisión de la OPAQ.