En este sentido, parece que Turquía ha cambiado su enfoque sobre las criptomonedas. En noviembre de 2017, el Directorio de Asuntos Religiosos —una institución estatal— condenó el uso de las criptomonedas, a las que tildó de "antiislámicas" debido a que no pueden ser supervisadas y facilitan el blanqueo.
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"El mundo está avanzando hacia un nuevo sistema digital. Turquía tiene que crear sus propios sistemas y su criptodivisa antes de que sea demasiado tarde. Dado que hay demanda, deberíamos crear y lanzar nuestra propia divisa digital. Oponerse a estas monedas no tiene sentido. Es un asunto nacional que requiere de un consenso también nacional", advirtió Tanrikulu, citado por Al Monitor.
Además, Tanrikulu agregó que tras introducir su propia criptomoneda, Ankara tendrá que reformar la ley para evitar el uso indebido del dinero digital. Según el político, el Partido de Acción Nacionalista apoyará cualquiera legislación dirigida a regular las operaciones realizadas con criptomonedas y hacer que estas tributen.
El Partido de Acción Nacionalista, que es la cuarta fuerza política de Turquía, no es el único que se muestra favorable a introducir el turcoin. El Partido de la Justicia y el Desarrollo —gobernante en Turquía— también apoya la iniciativa. Recientemente el vice primer ministro otomano Mehmet Simsek afirmó que el país se estaría preparando para desarrollar su propia criptodivisa.
"Planeamos empezar nuestro propio trabajo con las criptomonedas. Le damos mucha importancia a la digitalización", declaró Simsek en una entrevista a la CNN.
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