En esta ocasión, la policía investiga los "fraudes practicados por empresas y laboratorios que tenían como finalidad burlar el Servicio de Inspección Federal y no permitir el control eficaz por parte del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento", informó la Policía Federal en un comunicado.
Las investigaciones de la policía demostraron que los fraudes contaban con la aprobación de los ejecutivos de un importante grupo empresarial, así como del cuerpo técnico y del personal encargado de controlar la calidad de los productos dentro de la propia empresa.
"También se constataron maniobras extrajudiciales, operadas por los ejecutivos del grupo, con el fin de encubrir la práctica de esos actos ilícitos a lo largo de las investigaciones", añadió la policía.
Tras la publicación de los detalles de las irregularidades, diversos países anunciaron por precaución vetos a la importación de carne brasileña, uno de los pilares de la economía de Brasil.
En esta ocasión, la operación se centra exclusivamente en BRF, ya que según las investigaciones la empresa no tomó las medidas necesarias ante un brote de salmonela detectado en una de sus plantas, en la localidad de Carambeí, en el estado de Paraná (sur).
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Según informó el Ministerio de Agricultura y Ganadería a través de un comunicado, su Departamento de Inspección de Productos de Origen Animal ya había identificado irregularidades en los procesos de certificación sanitaria.
Debido a estas incidencias se excluyeron a varias unidades frigoríficas de los lotes de exportación a 12 países que exigen requisitos sanitarios específicos de control y tipificación de la salmonela.
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El ministerio también resaltó que la presencia de la bacteria de la salmonela es común en la carne de ave, puesto que forma parte de la flora intestinal de estos animales.
Por el momento, las autoridades brasileñas no especificaron si parte de la carne contaminada llegó al consumidor final.
BRF es dueña de marcas como Sadia y Perdigão, dos de las más populares en Brasil, y es la mayor exportadora de carne de pollo en el mundo, con ventas en casi 150 países.
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Dispone de 50 fábricas en ocho países y 100.000 trabajadores, pero el año pasado tuvo unas pérdidas de 1.100 millones de reales (337 millones de dólares) debido al impacto de la "Operación Carne Fraca".