Si fuera por los proverbios, la conclusión es fácil: América en general y Latinoamérica en particular no está en el camino de la Ruta de la Seda, al menos no en su carril central. Sin embargo tendrá impacto, porque la iniciativa se propone dinamizar el comercio mundial y entonces una conexión más ágil interoceánica aparece, por ejemplo, como una de las posibilidades de inversión y desarrollo.
En este sentido consideró que "tratándose del proyecto de infraestructura más grande del mundo que hay en este momento en sus etapa iniciales, no tengo duda que va a tener alguna consecuencia para América Latina". Sin embargo aclaró que "desde nuestro lugar y mirada esperar que las inversiones de la Nueva Ruta de la Seda sean tales que muevan la aguja para cada una de las balanzas de pagos del subcontinente es un error".
El proyecto impulsado por el presidente chino, Xi Jinping, "está claramente pensado y planeado para la inserción de la República Popular China en todo su entorno de Asia meridional y su prolongada extensión de influencia geoestratégica hacia Europa Occidental y África", dijo el experto.
De hecho, este proyecto más el constante crecimiento chino han motivado que Estados Unidos empezara a idear un plan que no le haga perder pisada como motor de la economía mundial.
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El director de la carrera de posgrado de Especialización en Estudios en China Contemporánea de la Universidad Nacional de Lanús se enfocó en los procesos históricos latinoamericanos para señalar que no existe una postura ni un rumbo fijado como colectivo para saber qué negociar.
"Nuestras agendas suelen ser muy urgentes, en todo caso habrá que batallar para tener agendas a largo plazo superadoras de la instancia política coyuntural (…) Aquí todavía no hemos discutido qué tipo de proyecto subcontinental queremos para nosotros mismos, y mucho menos nos hemos sentado frente a China en la mesa de negociación con una estrategia de relacionamiento que nos permita aprovechar esta gran oportunidad".
A pesar de esta realidad regional, Girado destacó que "como proyecto de global es obvio que economías en desarrollo y de frágil crecimiento económico recibirán algún tipo de impacto de la oleada, nada mejor que el efecto mariposa para ejemplificar la dimensión que puede adquirir esto".