La situación en Guatemala resume esta realidad, tal como lo remarcó en diálogo con Sputnik el coordinador general de la Unidad de Protección a Defensoras y Defensores de Derechos Humanos de Guatemala: "Hemos estado viendo un crecimiento sostenido de lo que llamamos la feminización de la agresión que casi alcanza el 50%", de los casos totales.
"Es bien importante mencionar en este caso que son muchas compañeras quienes en buena medida están sosteniendo las resistencias pacíficas en contra de proyectos de carácter extractivo. Son las que están en la primera fila y mantienen el liderazgo, lo que también las convierte en un objeto de la agresión", apuntó Santos.
En Guatemala hubo, en 2017, 328 agresiones contra activistas sociales: 131 eran mujeres. De esta últimas 53 fueron asesinadas.
"Somos un país con las más altas tasas de impunidad latinoamericanas. Alrededor de 97% en términos generales y esto no es una excepción para los casos de defensoras y defensores de derechos humanos. De los 53 asesinatos del año pasado, a la fecha solo se ha capturado a los responsables de uno de esos asesinatos", indicó.