"Todo lo que se reclama está buenísimo, así que es necesario que una venga a apoyarlo como mujer que es", sostuvo Daiana, una de las manifestantes que participaron en la marcha.
"Está bueno apoyar estos reclamos en conjunto, una es mujer y no se puede desprender de una demanda, no porque te pase a vos, sino porque ves que le pasa a la de al lado", aseguró.
En ese sentido, "aunque uno no viva las situaciones que se reclaman aquí, las vives de cerca con otras mujeres que tienes al alcance", reconoció la joven.
La lucha contra los feminicidios, el rechazo a la violencia de género y el apoyo de la interrupción voluntaria del embarazo "son demandas legítimas que deben ser valoradas", consideró.
Escucha: 8M: "Si nuestras vidas no valen, produzcan sin nosotras"
"Cumplí con mi jornada porque me gusta mi trabajo, y después vine para acá", señaló.
Varias columnas se movilizaron desde distintos puntos de la ciudad en una marcha que se desplazó desde la Plaza de Mayo, frente a la sede del Ejecutivo, hasta el Congreso.
Agrupaciones políticas, sindicales y políticas confluyeron con otras miles de mujeres autoconvocadas en esta manifestación multitudinaria en la capital argentina por segundo año consecutivo.
Jornada de trabajo distinta
Como graduada en terapia ocupacional, Julieta también acudió, pero por obligación, a su centro de trabajo, situado en un centro de salud en un barrio de la capital, Villa Soldati.
Como tantas otras mujeres, la joven se desplazó después hasta el centro de Buenos Aires "para visibilizar la situación en la que estamos las mujeres en todo momento, algo en lo que estuvimos trabajando en el centro laboral", recordó.
"Creo que hay una gran invisibilización de la doble o triple jornada laboral de las mujeres, no se valora todo el trabajo de carga que tienen además en el hogar y en el cuidado", expresó.
Esta variedad de trabajos que recaen sobre la mujer son "roles que nos ponen a las mujeres y que no siempre corresponden a los deseos de una", reflexionó.
Enfrente del Congreso, no lejos de Julieta, dialogaba una brasileña, Ani, con varios de sus compañeros de trabajo.
Lea más: Así divulgan las redes sociales las marchas por el Día Internacional de la Mujer
"Es una compañía muy grande y no estaba permitido el paro", admitió esta joven.
Pero tampoco ellos se resignaron a cumplir con una jornada laboral común.
"Hicimos varias actividades: participamos en un taller de lenguaje no sexista, y a la hora del almuerzo organizamos un debate para compartir experiencias de violencias y opresiones que sufrimos en el ámbito laboral y general", contó.
Mientras atardecía en Buenos Aires, Ani manifestó su respaldo a todas las demandas que se podían leer en los carteles que llevaban las manifestantes a su alrededor.
Ésta fue la cuarta manifestación feminista a la que acude Ani en los cuatro años que lleva en Argentina.
El paro internacional de mujeres que Argentina celebró por segunda vez consecutiva, al menos en las calles, fue de una de las tantas manifestaciones que se celebraron en todo el mundo para reinvindicar una jornada de protesta histórica.
Entre 2008 y 2017 fueron asesinadas en este país sudamericano 2.679 mujeres, de acuerdo al último Informe Anual de Femicidio presentado en la víspera por la asociación civil La Casa del Encuentro.
Como consecuencia de ello, 3.378 hijos quedaron huérfanos de madre, el 66 por ciento de los cuales es menor de edad.