"Lo que estamos viendo en el estado de Rakáin es una apropiación militar de tierras a una escala enorme. Se están construyendo nuevas bases para alojar a las mismas fuerzas de seguridad que han cometido crímenes de lesa humanidad contra rohinyás", cita el comunicado de AI a Tirana Hassan, directora de Respuesta a las Crisis.
"No sólo han desaparecido sus hogares, sino que las nuevas construcciones afianzan la ya deshumanizadora discriminación que sufrían en Myanmar", sostiene Hassan.
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Amnistía Internacional califica de "alarmante" el ritmo de construcción militar en Rakáin.
"Las imágenes de satélite revelan cómo en apenas unos meses se han levantado nuevas bases en tierras rohinýas quemadas, en las que se han eliminado pueblos enteros e incluso zonas de vegetación próximas a ellos", denuncia el movimiento.
En el norte de Rakáin, según AI, se han construido al menos tres nuevas bases: dos en el municipio de Maungdaw y otra en el de Buthidaung.
Birmania, una nación mayoritariamente budista, deniega ciudadanía y derechos civiles a esta comunidad musulmana estimada entre 1,1 y 1,5 millones de personas, alegando que son inmigrantes bengalíes.
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La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estima en 688.500 el número de refugiados rohinyás que llegaron a Bangladés desde el pasado 25 de agosto huyendo de la violencia en Rakáin. Si se suman las llegadas anteriores, la comunidad rohinyá en el distrito bangladesí de Cox's Bazar asciende a 900.000 personas.