"Presentaron unas acusaciones con un carácter de ultimátum contra nosotros. No perdonamos cosas así. Vamos a trabajar de manera activa y claro está que lo haremos en el marco legal", aseveró el diplomático en declaraciones recogidas por la cadena rusa NTV.
El embajador recordó que Londres no presentó ninguna prueba convincente de que, cómo lo aseguran en el Reino Unido, las autoridades rusas podrían estar detrás del envenenamiento del exespía ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia.
"Los británicos están ocultando información, nadie los vio a ellos [a los Skripal], nadie habló con los médicos (…). Todo eso está envuelto en un secretismo absoluto. Han contestado a todas nuestras notas de la misma manera: Skripal se encuentra en mal estado. Pero por qué tenemos que creer en eso", recalcó.
Yakovenko no excluyó la posibilidad de que las intrigas continúen. De acuerdo con el diplomático, las autoridades británicas tratan de utilizar la histeria antirrusa para distraer la atención de los ciudadanos británicos de los problemas económicos que hoy en día afectan al Reino Unido.
"La economía empieza a atascarse. La inflación sube, todos los bienes se encarecen. El Gobierno británico necesita distraer la atención de la población de los problemas", señaló.
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Lo más interesante actualmente, según Yakovenko, es cuánto tiempo más las autoridades británicas seguirán ocultando la información sobre el envenenamiento de los Skripal. Todos sus intentos dirigidos a ocultar la verdad de la opinión pública desacreditan a la primera ministra y al Gobierno del Reino Unido.
"Es la nueva realidad de la política británica. Pienso que todas las fuerzas y las posibilidades del país han sido lanzadas para realizar esta tremenda provocación contra Rusia. Es triste porque el escandalo repercutirá en la autoridad internacional de este país. Como resultado, la gente se sentirá mal por eso, se sentirá avergonzada del Gobierno que tiene", resumió.
La Policía británica encontró al exespía ruso Serguéi Skripal y a su hija Yulia inconscientes en un centro comercial de la ciudad de Salisbury el 4 de marzo de 2018. Tras este incidente, la primera ministra británica, Theresa May, declaró que era "altamente probable" que el Kremlin fuera responsable de envenenar a Skripal.
Las autoridades rusas rechazaron categóricamente estas acusaciones y exigieron a Londres presentar todos los materiales relacionados con el caso. No obstante, Boris Johnson, ministro de Exteriores del Reino Unido, declaró que Londres no enviará a Rusia la muestra de la sustancia neurotóxica que había sido utilizada en el ataque contra Skripal y su hija.
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El caso de Skripal contribuyó considerablemente al empeoramiento de las relaciones entre el Reino Unido y Rusia. La primera ministra británica Theresa May anunció la expulsión de 23 diplomáticos rusos lo que es la mayor expulsión simultánea en más de 30 años. Además, Londres congeló todos los contactos de alto nivel entre ambos Estados.
Rusia no dejó sin respuesta las medidas británicas. El Ministerio de Exteriores de Rusia declaró personas non grata a 23 diplomáticos de la Embajada del Reino Unido en Moscú. Debido a la disparidad en el número de las instituciones consulares de los dos países, el país euroasiático revocó su consentimiento para la apertura del Consulado General del Reino Unido en San Petersburgo.
