"Las autoridades brasileñas competentes no me deben sólo a mí una explicación delo que pasó con mi mujer, porque eso no la traerá de vuelta, le deben a todo el mundo una explicación de lo que pasó en ese crimen bárbaro", dijo desde la tribuna de la Cámara, acompañada de un retrato de su esposa y una rosa.
Visiblemente emocionada, Benício remarcó que la "lucha" no terminó con su muerte y que la concejala se transformó en un símbolo de esperanza mayor: "Marielle es potencia, el mundo entero lo está viendo", subrayó.
Franco era concejala del Ayuntamiento de Río de Janeiro por el izquierdista Partidos Socialismo y Libertad (PSOL) desde hacía poco más de un año.
Destacó por su defensa de los derechos humanos, especialmente en todo lo relacionado con las mujeres, los negros, el colectivo LGTBI y los residentes de las favelas.
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Fue muy crítica con los abusos cometidos por la policía en estos barrios y se manifestó radicalmente en contra de la intervención militar decretada por el Gobierno de Michel Temer en el estado de Río de Janeiro (sureste).
Las muertes causaron una fuerte conmoción en Brasil y protestas en las principales ciudades pidiendo justicia, así como muestras de solidaridad llegadas desde todo el mundo, incluso del Papa Francisco, que llamó por teléfono a la madre de la concejala.
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La diputada del PSOL Luiza Erundina destacó la importancia de la fecha para desvelar lo que verdaderamente ocurrió durante la dictadura militar en Brasil (1964-1985) y recordó que en Brasil hay 434.000 desaparecidos políticos.
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Tanto ella como otros diputados de su partido y de formaciones de la izquierda destacaron que la conmemoración este año tiene un significado especial por el asesinato de Franco, y pidieron rigor en las investigaciones para que se haga Justicia.
