Es posible que la enviada estadounidense proponga los suministros de los sistemas Patriot en su lugar.
"No me tomo en serio las declaraciones de Estados Unidos, porque su meta es hacer fracasar el acuerdo de suministros de los S-400. Para ello pretenden sembrar la discordia en este proceso. EEUU recurrirá a este tipo de acciones provocativas hasta que el tratado turco-ruso tenga lugar", explicó.
El presidente turco, el ministro de Defensa y el ministro de Exteriores han confirmado reiteradas veces su compromiso en la adquisición de los sistemas S-400 Triumf, recordó Karatas.
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En Turquía existen grupos que promueven la compra de sistemas de armamento estadounidenses. En este contexto, hay que estar listos para que este tipo de llamamientos continúen produciéndose, en parte apoyados por grupos de presión. Estados Unidos y los países de la OTAN siguen esperando que el acuerdo sea cancelado", argumentó el entrevistado.
A su entender, Washington y sus aliados están decididos a utilizar diferentes opciones para presionar a Turquía en este camino.
'Triunfo' contra 'Patriota'
En comparación con los S-400 Triumf de Rusia, los sistemas estadounidenses de defensa aérea son inferiores en su rendimiento. Los representantes de la Alianza Atlántica siguen diciendo que el Patriot es el único compatible con la red de defensa aérea de la OTAN.
"Es verdad [que es compatible], pero Turquía no va a adquirir un arma de calidad ínfima solo porque esta puede ser integrada en la defensa antimisiles de la OTAN", profundizó.
Es posible que Washington proponga un modelo modernizado del sistema Patriot, PAC-3, dijo Karatas.
Una de las cuestiones trascendentales es la de la efectividad tecnológica. De acuerdo con Karatas, Turquía requiere un sistema de defensa propio. Es posible que los golpistas aprovechen la posibilidad de realizar bombardeos aéreos, igual que lo hicieron durante la intentona golpista del 15 de julio de 2016 en Turquía.
Karatas puso de relieve que la cuestión de la producción conjunta de estos sistemas es de mayor importancia para Ankara.
Asimismo, la compra de los S-400 rusos es importante desde el punto de vista de la imagen de Turquía como socio fidedigno.
"La consecución del acuerdo entre Turquía y Rusia sobre los suministros de los sistemas S-400 es muy importante para nosotros desde el punto de vista de la reputación de Turquía en la escena internacional y de la cooperación con países vecinos", indicó el militar.
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"Si Turquía se niega a comprar [estas armas], su fiabilidad se resentirá. Además, si diera tal paso, aplazaría indefinidamente la posibilidad de compra de un sistema de defensa antiaérea, un tipo de armas que [el país] necesita como agua de mayo", concluyó.
El ministro de Exteriores otomano, Mevlut Cavusoglu, había comentado con anterioridad que su país fue objeto de críticas y hasta amenazas por la decisión de adquirir armamento antiaéreo a Rusia.
A principios de marzo, la vicesecretaria general de la OTAN, Rose Gottemoeller, aseguró que el sistema de misiles antiaéreos S-400 de fabricación rusa es incompatible con los sistemas de defensa antimisiles de la Alianza Atlántica, y debían tenerlo en cuenta quienes decidieran comprar armas de Rusia.
Turquía es miembro de la OTAN desde 1952.
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El sistema antiaéreo S-400 Triumf —SA-21 Growler, según la clasificación de la OTAN— es capaz de abatir aparatos aéreos de tecnología furtiva, misiles de crucero, proyectiles balísticos tácticos y táctico-operativos.
Turquía vivió el 15 de julio de 2016 un fallido golpe militar que se saldó con más de 240 muertos y casi 2.200 heridos.
Miles de militares, policías, jueces, funcionarios y profesores fueron suspendidos, detenidos o están siendo investigados.
Las autoridades turcas acusaron al predicador Fethullah Gulen, exiliado en Estados Unidos, de haber organizado la asonada.
El propio clérigo rechazó las imputaciones y propuso establecer una comisión internacional para investigar los hechos.
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