Como exministro de economía y europeísta autoproclamado, las dos preocupaciones del presidente Emmanuel Macron fueron devolver la salud a los golpeados resultados macroeconómicos de su país, y reunificar las políticas del bloque europeo.
Una nueva huelga general tuvo lugar el pasado 22 de marzo, encabezada por trabajadores ferroviarios, controladores aéreos y estudiantes, que exigen al gobierno poner fin a los recortes en derechos laborales y se oponen a la privatización de sus sectores de actividad.
La periodista Analía Micheloud, analista especializada en política francesa habló con Sputnik sobre el rol de los trabajadores de ferrocarriles en las movilizaciones.
"Los ferroviarios fueron de los principales sectores que se movilizaron, ya que hay un proyecto presentado por el Gobierno que pretende hacer una reforma del sistema ferroviario, una suerte de privatización aunque en el discurso no lo dicen. No utilizan este concepto, pero en los hechos sí lo es porque estarían introduciendo empresas privadas para que manejen el sistema ferroviario que hoy es controlado por una empresa nacional estatal", explicó.
Todos ellos acompañados por "otros trabajadores de la función pública, que también están enfrentando un plan que pretende eliminar más de 100 mil puestos de trabajo de acá al 2022". Para la socióloga y actual periodista de La Izquierda Diario, el caso de Francia no es aislado y de hecho responde a una lógica compartida por la mayoría de los países de la Unión Europea.
"Se busca flexibilizar el conjunto de la mano de obra europea, bajar los salarios, e incorporar mano de obra. En muchos casos de población inmigrante o refugiados, a los que se les paga un cuarto del salario de un trabajador en Europa. Esta es una tendencia que en América Latina se aplicó durante los años 1990 y ya vimos las consecuencias sociales que tuvo. Generó grandes bolsones de pobreza, de excluidos sociales, crisis económicas que terminaron estallando a fines del milenio", analizó.