"En el caso de que Argentina no pueda brindar este tipo de elementos lo más probable es que por los menos los países más poderosos brinden la seguridad aérea a sus comitivas con sus propios medios y podrían ser manejados desde un ambiente operativo argentino, pero estamos hablando de otros aviones, otros pilotos y otras banderas en territorio nacional".
Reafirmó que lo sucedido con el San Juan "es trasladable a cualquier otro sistema operativo que tenga el país: tienen más de 40 años de uso, al borde de estar fuera de servicio; las Fuerzas Armadas siempre operan al borde". Con inversiones en el área seguridad y defensa estimadas en unos 50 millones de dólares, "el gobierno viene a contrarreloj para incorporar sistemas y recursos humanos", indicó el experto.
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Gonzáles Lacroix destacó que "todos los líderes vienen de países con conflictos o limítrofes, migratorios o con cuestiones geopolíticas sin resolver", aspectos que, sumados al tema del terrorismo y las nuevas amenazas, "terminan recayendo en el país anfitrión y Argentina tiene que estar preparada para lidiar con cualquier tipo de hipótesis", lo cual "genera mucho nerviosismo en las autoridades", señaló.
"En los últimos meses se avanzó en cuanto a contar con sistemas de armas y entrenamiento en algunas unidades como para poder garantizar la seguridad de las comitivas que van a llegar al país", a partir de los requerimientos de cada una de estas naciones, agregó.
Entre estas, figuran "la capacidad para manejar hipótesis de terrorismo que provengan desde el aire", así como el nuevo tipo de amenazas como "los drones o cualquier otra que pueda surgir".