"El incremento salarial debe tener como referencia obligada el índice de inflación de 2017 (2,71%), hay que poner fin a la irracionalidad de los aumentos sin respaldo", dijo en diálogo con la prensa el presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), Ronald Nostas.
El líder empresarial hizo esas declaraciones mientras el Gobierno de Evo Morales y los sindicatos, agrupados en la Central Obrera Boliviana (COB), desarrollaban en un ambiente de aparente cordialidad su negociación anual sobre salarios y otras 60 demandas laborales.
En 2017, el aumento salarial general fue de 7%, frente a una inflación de 4% el año anterior.
La COB pide ahora un alza general de 10% y un incremento de 15% al salario mínimo, actualmente de 2.000 bolivianos (287 dólares) mensuales.
"Es un pedido exagerado que nos causa mucha preocupación, porque un incremento tan alejado de las posibilidades reales del país y del aparato productivo es un despropósito y una falta de coherencia que va a afectar gravemente a los trabajadores más vulnerables", afirmó Nostas.
El aumento salarial que eventualmente acuerden el Gobierno y la COB sería oficializado mediante un decreto que el presidente Morales prevé firmar el próximo 1 de mayo, según un reporte oficial.
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