"Esta es nuestra primera marcha en el Gobierno del presidente Sebastián Piñera, las autoridades van a ver que la ciudadanía y los estudiantes no estamos conformes con esta nueva forma de gobernar", dijo en conferencia de prensa la vocera de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech), Sandra Beltrami.
Por el momento han recorrido las calles del centro de Santiago y también han protestado en las principales ciudades del país como Valparaíso (centro), Coquimbo (norte) o Concepción (centro sur), entre otras.
"Le decimos al ministro de Educación [Gerardo Varela] que nosotros queremos estar en las aulas, queremos tener clases, queremos ser profesionales y estudiar una carrera para así ser alguien en la vida, y no lo podemos hacer porque sigue existiendo el lucro en Chile", afirmó Beltrami.
La dirigente estudiantil señaló que la calidad en la educación "no va a mejorar mientras el ministro Varela siga defendiendo y siga negando que en Chile sí existe el lucro, y siga protegiendo a los empresarios de la educación".
Reclamos
El principal objetivo de la marcha es rechazar el lucro en la educación, sobre todo después de que a finales del marzo el Tribunal Constitucional eliminara un artículo de la futura ley de educación superior que prohibía la presencia de controladores con fines de lucro en las universidades.
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También se hizo un llamado a rechazar el endeudamiento en la educación superior, pidiendo terminar con el préstamo bancario llamado "Crédito con Aval del Estado" que permite a los alumnos más vulnerables, recibir un préstamo para pagar la universidad que deben devolver con intereses cuando trabajen.
Los estudiantes piden que este crédito se derogue y que se le condone la deuda a los miles de estudiantes que actualmente la pagan.
Sexismo
Por último, la tercera petición de los manifestantes fue terminar con el "sexismo en la educación", sobre todo tras las declaraciones que ofreció el ministro Varela a la prensa a comienzos de esta semana al ser consultado sobre si se debían poner dispensadores de preservativos en los colegios.
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El ministro rechazó esa idea y puso el ejemplo de su familia, contando que él era quien compraba los preservativos a sus hijos y señaló que no pondría dispensadores en los colegios de sus hijos porque "ellos son unos campeones y necesitan más de tres", frase que fue calificada como "sexista" por algunos sectores.
