"La decisión (…) no se basó en cuestiones sanitarias, sino en motivaciones políticas y de protección de su mercado local; no estuvo precedida por una investigación de los hechos por parte de las autoridades europeas, BRF no tuvo la oportunidad de pronunciarse", lamentó la empresa en un comunicado.
Mientras tanto, el Gobierno brasileño ya anunció que recurrirá ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) y BRF, la principal empresa afectada, remarcó este viernes que apoyará esas medidas, a pesar de que todavía no fue comunicada oficialmente del veto.
BRF considera "prematuro" prever el impacto que la decisión tendrá en su facturación y en su nivel de producción, pero de momento decidió dar vacaciones anticipadas a los trabajadores de cuatro plantas, previendo un acusado descenso de las ventas.
BRF es el grupo propietario de marcas muy populares en Brasil, como Sadia y Perdigão, tiene más de 50 fábricas en ocho países, exporta carne a otros 150 y emplea a casi 100.000 trabajadores.
Lea también: Brasil exportó en 2017 un 9% más de carne a pesar del escándalo de adulteración
Brasil es el mayor exportador de pollo en el mundo y la UE es su principal comprador, ya que consume el 7,5% del total de toneladas de pollo que Brasil exporta, lo que representa el 11% de la facturación.