El pequeño estuvo en el centro de una batalla legal en el Tribunal Supremo del Reino Unido.
Su padre, Tom Evans, escribió en Facebook: "Mi gladiador dejó su escudo y ganó sus alas… absolutamente desconsolado".
El papa Francisco de Roma, quien se interesó personalmente por el caso, tuiteó: "Estoy profundamente conmovido por la muerte del pequeño Alfie".I am deeply moved by the death of little Alfie. Today I pray especially for his parents, as God the Father receives him in his tender embrace.
— Pope Francis (@Pontifex) 28 de abril de 2018
Los padres del niño perdieron todas sus demandas legales y un fallo judicial permitió al hospital Alder Hey, de Liverpool, retirar la ventilación artificial de sus pulmones. Alfie llevaba entonces más de un año en un estado semivegetativo.
Los miembros del ejército de Alfie protestaron frente al hospital de Liverpool después de que se rechazara la propuesta del Tribunal de Apelaciones de mantener el soporte vital del niño. El 23 de abril, algunos manifestantes trataron de asaltar el centro sanitario y la Policía tuvo que bloquear la entrada.
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El hospital de Alder Hey argumentó que continuar tratando al niño por una enfermedad desconocida sería "cruel, injusto e inhumano". El pequeño tenía una afección neurológica degenerativa que los médicos no habían podido diagnosticar con claridad.
Sus padres, que viven en Bootle, querían llevar al niño a un hospital italiano para valorar con otros médicos el diagnóstico y el posible tratamiento a seguir. No obstante, los sanitarios ingleses no se lo permitieron y consideraron que proseguir con el tratamiento "no era del interés de Alfie".