Corría el año 1990 e Italia hacía de anfitrión del Mundial y uno de los partidos más esperados se avecinaba: Argentina contra Brasil. El seleccionado albiceleste había a duras penas había pasado la primera rueda con una derrota desmoralizante en el partido debut contra Camerún por 1 a 0, una victoria ante la Unión Soviética por dos tantos contra cero y un empate a uno contra Rumania. La 'Verdeamarelo' en cambio llegaba al encuentro en Turín como favorita, era la última y había clasificado primera en la fase de grupos con tres victorias.
Hizo falta solo un destello de habilidad de 'El Pelusa' para sentenciar la eliminación del eterno rival. Tras recibir la pelota poco detrás del centro del campo, el astro eludió a varios jugadores del equipo contrario y cuando parecía que no había lugar para definir la jugada, el 10 metió un pase mágico para dejar a Claudio 'El Pájaro' Caniggia solo frente al arquero brasileño. El rubio de pelo largo, también conocido como 'El Hijo del Viento', hizo gala a su apodo y en una corrida vertiginosa dejó despatarrado al portero y definió con el arco despejado.
La contienda se volvió leyenda por varios motivos: Maradona jugó con un tobillo lesionado que de tan hinchado parecía una pelota de tenis, fue el último enfrentamiento entre los dos colosos sudamericanos en una Copa del Mundo, pero además se trató de una de las páginas más oscuras de la historia del fútbol.
Casi sobre el final del primer tiempo, una falta del brasileño Ricardo Rocha dejó al argentino Pedro Troglio tirado en el piso. Aprovechando la pausa del juego los auxiliares albicelestes entraron al campo a repartir agua con botellas de diferentes colores. Claudio Ibrahim Vaz Leal, mejor conocido como Branco, se acercó a los jugadores argentinos y tomó un envase verde del que los rivales no tenían permitido beber ya que tenía un contenido adulterado con un sedante de uso psiquiátrico.
"Vino Branco y se la tomó toda. Luego Branco tiraba los tiros libres y se caía. Después del partido, estaban los dos micros juntos, Branco me miraba por la ventanilla y me señalaba culpándome y yo le hacía gestos de que no tenía nada que ver. Branco jugaba en Italia y tenía buena relación. Después no hablamos más", contó Maradona, en diciembre de 2004, en el programa Mar de Fondo, de TyC Sports.
"El 'jueguito del bidón' pudo haber acabado con mi carrera deportiva. ¿Se imaginan si después de ese partido me convocaban para un examen antidopaje? ¿Qué habría sido de mí? ¿Cómo habría explicado la presencia de esa sustancia en mi organismo? Lo que me hicieron fue irresponsable, nada profesional y pudo tener consecuencias terribles. Por eso, debe haber sanciones ejemplares para ese 'jueguito' comenzando por el que era entonces seleccionador argentino", sentenció el brasileño.
Tras conocerse la información la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) anticipó que reclamaría ante la FIFA. Sin embargo, nunca hubo sanciones ni investigaciones y todo quedó en una triste anécdota mundialista.