"Resulta increíble que ahora sea posible estudiar las partículas a un nivel tecnológico tan elevado porque controlarlas es muy difícil. Podemos ajustar la velocidad del aparato, pero no controlamos las moléculas ni la velocidad que alcanzan dentro de la máquina […] Sin embargo, el colisionador japonés SuperKEKB nos permitirá observar y estudiar todos esos procesos con más detalle, así como abordar los nuevos misterios de las leyes de la física", explica Belotski a Sputnik.
"Sabemos que la simetría es una de las leyes de la naturaleza, pero esa ley se rompió y, quizás, eso jugó un papel decisivo en la creación del universo", añade, y explica que, según los cálculos, la cantidad de materia y de antimateria tendría que ser la misma pero, de ser así, "entonces se neutralizarían la una a la otra y solo habría fotones en el universo". Además de fotones hay materia y por esto hay estrellas, planetas y vida.
El proyecto ha sido posible gracias a la colaboración de más de 600 investigadores de 23 países, entre los que se encuentran científicos rusos del Instituto de Física Nuclear de Novosibirsk.
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