Por ahora, las limitaciones de Henry son muchas. Solo es capaz de mover la cabeza y hablar siguiendo patrones de conversación muy simples, pero detrás de él hay todo un equipo de informáticos —la mayoría hombres— trabajando en convertir a Henry en una máquina sexual en el futuro.
Sin embargo, el fundador de RalBotix, Matt McMullen, asegura que el objetivo va más allá de hacer de Henry un juguete sexual.
"Muchos consumidores simplemente se sienten solos y quieren a algo (o a alguien) que los abrace y con quien ver la televisión", dice a Wired.
Aun así, la empresa publicita a Henry sin camisa y marcando abdominales o tumbado en el suelo cual Apolo. Además, sus creadores ofrecen, para quien quiera comprar a este compañero sexual, todo un sinfín de extras para poderlo personalizar, como orejas de elfo, dientes de vampiro, 13 tipos de vello púbico y docenas de pezones. Por defecto se comercializará, a partir de 2019, sin sus atributos sexuales, pero ofrecen a quienes quieran hacerse con Henry la posibilidad de insertarle uno a su gusto.
Por ahora, sus creadores se están centrando en lo que Henry tiene en el interior. Quieren que se convierta, también, en una máquina de conversación. Como se trata de un compañero masculino, el público será mayoritariamente femenino y McMullen cree que "se hace necesario aplicar a Henry un extra de compañía", algo que justifica diciendo que lo primero que preguntan las mujeres es si será capaz de sacar la basura.
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