"La presencia china es un hecho incontrovertible con el que hay que contar; la cuestión para Bolivia es hacer de esto una oportunidad y no una amenaza a la estabilidad", dijo el analista e investigador Soria Galvarro, a pocos días de una visita del presidente Evo Morales a Pekín, donde se reunirá con su par Xi Jinping.
Soria Galvarro señaló que si bien China es importante para Bolivia como socio comercial y proveedor de financiamiento y tecnología para grandes proyectos de infraestructura, se destaca también por casos de corrupción que han convulsionado la política local.
Sus compras, en cambio, sumaron el año pasado apenas 401 millones de dólares, casi todo por minerales y otras materias primas.
Soria Galvarro apuntó que la presencia de empresas chinas en proyectos de diversa clase, como infraestructura vial, energética y minera, ha acelerado las inversiones del Gobierno de Morales, a lo que se debe en parte el relativamente alto crecimiento de Bolivia, de un promedio de 4% anual en la última década.
"Sin embargo, varios de los escándalos de corrupción en nuestro país están relacionados con China", advirtió.
El experto citó contratos fallidos, como uno de barcazas para la hidrovía Paraguay-Paraná, pagadas pero nunca recibidas por Bolivia debido a conflictos legales, y el "caso Zapata" referido a una relación sentimental del presidente con una falsa abogada vinculada con una constructora china que incumplió contratos.
Recientemente, agregó, hubo denuncias de corrupción en la compra de mochilas chinas para escolares, que provocaron la suspensión provisional del alcalde opositor de la ciudad central de Cochabamba.
"Los chinos no tienen la exclusividad en la corrupción, pues también hay en Bolivia empresas españolas e italianas que cometen bellaquerías, pero lo de China impresiona más por su volumen y frecuencia a raíz de su significativa participación en la economía boliviana", afirmó Soria Galvarro.
El analista destacó sin embargo que, a pesar de estos casos, el Gobierno y los empresarios agroindustriales de Bolivia han logrado desarrollar una oferta atractiva de carne vacuna, soja, café y quinua con la que se espera que Morales abra finalmente el masivo mercado chino.
En lo positivo, "China es una oportunidad para encaminar el desarrollo de Bolivia, por la tecnología de que dispone, por su inmenso mercado y por el contrapeso que significa en cualquier negociación con otros países o bloques de países", aseguró Soria Galvarro.
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Ello no quita que hacer negocios con el gigante asiático entrañe "amenazas" porque "tiende a generar nuevas relaciones de dependencia", advirtió.
Según el Banco Central, el saldo de la deuda pública de Bolivia con China era a fines del año pasado de 712 millones de dólares, sólo el 7,6% de la deuda total boliviana de 9.428 millones de dólares.