"La aviónica y los trenes de aterrizaje experimentarán cambios, [la nave] tendrá diferentes motores. El An-124 será tomado como base, pero esencialmente emergerá un avión distinto". Así explicó los planes iniciales de la modernización Yuri Sítnik, miembro de la comisión presidencial para el desarrollo de la aviación.
Los An-124, diseñados en los tiempos de la URSS por la empresa Antonov, actualmente ucraniana, son los mayores aviones de carga del mundo fabricados en serie. Solo su 'hermano mayor', el gigantesco An-225 Mriya los supera, pero de este modelo existe una sola unidad.
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En la actualidad, Moscú se ha visto obligada a estudiar extensamente el diseño, ya que Kiev, el oficial propietario de la marca, rechaza realizar obras de mantenimiento para los An-124 en servicio de la Defensa rusa.
Como medida urgente, el organismo militar designó a la empresa aeronáutica Ilyushin —también creadora de aviones de carga— como responsable de mantener la capacidad de vuelo de las enormes aeronaves.
A lo largo de este proceso, Ilyushin, carente de piezas de recambio producidas por la empresa ucraniana Antonov, ya introdujo nuevos equipos y sistemas de fabricación rusa en los aviones reparados.
Así, el fabricante ruso va acumulando gradualmente la experiencia necesaria para modificar e incluso fabricar el avión en un futuro cercano.
Deshacerse del 'legado ucraniano'
El tema de los derechos exclusivos de la empresa Antonov como principal creadora tampoco le parece indiscutible a Rusia:
"La marca An-124 debe ser conservada si no planeamos cambios drásticos en el avión. Pero sí que las vamos a introducir, así que la marca será diferente", afirmó Sítnik.
Rusia opera 36 aeronaves de este tipo, 12 de los cuales las utiliza la aerolínea Volga-Dnepr y las demás pertenecen a las Fuerzas Aeroespaciales rusas y la Defensa del país. Ucrania, que posee siete aviones, les priva de los trabajos de mantenimiento a todos los An-124 usados por los militares rusos.
Al mismo tiempo, la decisión de Rusia de cambiar de proveedor de servicios de mantenimiento de las aeronaves provocó críticas en Antonov, que busca mantenerse como la única autoridad sobre la aeronavegabilidad de los An-124.
A su vez, Alexéi Rogozin, el director general de la empresa Ilyushin, encargada de las obras, cree que reanudar la fabricación de los aviones sería una tarea difícil, pero solucionable:
"Los aviones de carga superpesados, como el An-124, gozan de una gran demanda en el mundo. Dos tercios de todos los Ruslan han sido fabricados en Uliánovsk. Hoy en día el objetivo primordial es garantizar su capacidad de vuelo, y si hablamos de su fabricación, sería una tarea sumamente difícil, pero solucionable", comentó a los medios rusos.
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