En el inusual juicio de custodia de menores, los padres hablaban en una lengua inventada con el juguete, que según dijeron, les transmitía la palabra de Dios directamente. Incluso rechazaron la asistencia legal porque Jesucristo, a través del león, era su "abogado, testigo y juez".
Según los informes, los progenitores se negaron a realizarle exámenes médicos a la pequeña como pruebas de audición, de sangre y suministración de colirios y vacunas debido a "fuertes creencias religiosas".
Poco después del nacimiento de su hija fueron acusados penalmente de causar un disturbio en una iglesia que trataban de "purgar de influencias demoníacas".
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Además de las sospechas sobre violencia en el hogar, las preocupaciones por la salud mental de la pareja se agravaron cuando la madre solicitó cambiar el nombre de la niña a 'Jesus Joy Of The Lord' (Jesús Alegría del Señor) y cambiar el suyo a 'Risen Lord Jesus Refinesfire Christ' (El Señor Jesús Resucitado).
La jueza Diane MacDonald falló en contra de los padres y les quitó la patria potestad.