Para el doctor Pablo Nemiña, investigador del Conicet y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), que la cifra sea superior a la esperada era previsible de acuerdo a las prácticas de la institución luego de la crisis financiera del 2008.
"El Fondo Monetario aprueba créditos en relación a la cuota que aportan los países y así le otorga límites. En el caso argentino se autorizó un acceso excepcional que le permite al país acceder a (un crédito de) más de 1000% de su cuota. El monto es importante pero ha habido otros que lo superaban. De hecho Argentina está en noveno lugar si comparamos los créditos otorgados pos crisis en relación a su cuota (de participación). El primero es Grecia, con más de 3000% en los pasados salvatajes", analizó.
De acuerdo a la comunicación oficial, en principio se utilizarán 15.000 millones de dólares y los 35.000 millones restantes se utilizarán como fondo precautorio. Nemiña, quien se especializa en el análisis de los vínculos entre el FMI y los países que hacen uso de sus herramientas de crédito, explicó a Sputnik que ese dinero para contingencias hará las veces de "descubierto bancario". Este mecanismo, a su criterio, podría generar confianza en los inversores privados internacionales y revitalizar el financiamiento.
La carta de intención no se ha dado conocer aún, pero según el analista, el precio en términos de condiciones a las que accedió el país es alto. Implicará principalmente recortes en la inversión en infraestructura pública, menos recursos para las provincias y aumento de tarifas derivadas de la disminución y eliminación de subsidios.
"Vamos a ver menos construcción. La intención del Gobierno es reemplazar eso con los proyectos de participación público privada. Pero ahí yo tengo dudas porque estamos en un entorno financiero internacional de menos liquidez y de más alta tasa de interés lo que limita la posibilidad de conseguir financiamiento para este tipo de proyectos".
"Por último las transferencias a las provincias. Esto es importantísimo porque la disminución de las transferencias a las provincias implica que las jurisdicciones más pobres van a verse con menos asistencia del estado nacional y por ende van a disminuir su propio gasto, entre otros el social. Por lo tanto, lo que veo es que va a haber un impacto social directo. Y además desparejo porque las provincias con presupuestos más holgados van a poder afrontar mejor esta coyuntura, pero las más pobres van a tener una situación más complicada porque la principal fuente de asistencia, que es el Estado Nacional, se corre".