El 22 de marzo, el presidente de EEUU firmó un memorando que introducía impuestos a los productos importados desde el país asiático. El mandatario también destacó que las medidas comerciales adoptadas por Washington podrían llegar a los 60.000 millones de dólares.
En mayo, China y EEUU acordaron reducir el déficit comercial estadounidense e incrementar las compras de servicios y mercancías por parte de China a EEUU, asimismo, pactaron incentivar las inversiones mutuas y crear el clima para una competencia comercial justa.
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Sin embargo, a finales de mes, la Casa Blanca informó de que Washington tenía previsto aplicar aranceles del 25% a productos tecnológicos importados desde China, algo que hacía aumentar el riesgo de una nueva guerra comercial entre los dos países.
