Así, en un artículo para Military Times, Kyle Rempfer comentó que todo comenzó por las quejas de los oficiales estadounidenses ante el hecho de que algunos de los Abrams cedidos a Bagdad acabaran en manos de milicias proiraníes.
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En particular, fueron 9 los carros de combate que acabaron siendo usados por las Fuerzas de Movilización Popular, unas unidades chiíes apoyadas por Irán pero que combaten contra los terroristas con el consentimiento del Gobierno iraquí.
Según él, todos los tanques fueron devueltos a las fuerzas iraquíes, pero se especuló con que el fabricante de los Abrams, General Dynamics, se negaría a proveer mantenimiento técnico de dichos blindados.
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Esta fue la razón por la que Kyle Rempfer afirmó que se trataba de una decisión de carácter geopolítico que permitía a Rusia ganar una mayor influencia en la región. De hecho, James Phillips, investigador jefe en Heritage Foundation, explicó qué mensaje manda el Gobierno iraquí con la compra de los T-90S.
"Fue un punzante recordatorio de que [EEUU] no tiene el monopolio sobre los tanques y que Irak puede comprarlos en Rusia también. Ello disminuye la influencia de EEUU y aumenta las futuras posibilidades de Bagdad", dijo.
Mientras tanto, el Ministerio de Defensa de Irak ya difundió un vídeo de la segunda entrega de los tanques rusos T-90S. Estos tanques formarán parte de la novena División blindada, que anteriormente estaba formada por tanques estadounidenses.
Por su parte, el medio Vzglyad considera que las razones del cambio podrían no ser únicamente geopolíticas. Así, el medio menciona que los tanques Abrams no dieron los mejores resultados en Irak.
No obstante, algunos de estos tanques dejaron huella en los campos de batalla iraquíes. Uno de los casos más conocidos es la historia del tanque Abrams, que recibió el apodo de 'La Bestia' por lucirse en un enfrentamiento contra las fuerzas del ISIS en el que pudo completar su misión en solitario.
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No obstante, en realidad los planes originales eran distintos. Según el medio estadounidense Popular Military, en un primer momento se planeaba que participaran tres tanques en la misión, aunque dos de ellos se rompieron de camino al campo de batalla y no pudieron ser utilizados.
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