El contrato sobre el suministro de los sistemas de defensa antiaérea rusos S-300 a Siria fue firmado por Moscú y Damasco en el 2010. Sin embargo, tal como explicó el presidente ruso, Vladímir Putin, el contrato fue congelado y posteriormente anulado.
A finales de abril de 2018, el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, en una entrevista con Sputnik declaró que después del ataque de Estados Unidos y sus aliados contra Siria, Rusia ya no tiene el compromiso moral de dejar de suministrar los sistemas de defensa antiaérea S-300 a Damasco.
"Ya no tenemos ningún compromiso moral; antes [del ataque estadounidense] sí teníamos este compromiso, creo que hace 10 años prometimos no hacerlo a petición de nuestros socios y aceptamos su argumento de que eso podría desestabilizar la situación, aunque los equipos son puramente defensivos", dijo.
De momento, no hay datos que indiquen que Rusia ha reanudado la entrega de los S-300 a Siria. Además, el asesor del presidente ruso para la cooperación militar, Vladímir Kozhin, dejo claro que actualmente no hay negociaciones sobre este tema.
Sin embargo, las declaraciones de Bashar Asad de que su país no va a anunciar la llegada de S-300 responden a varios objetivos.
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"Sin duda alguna, el tema de suministro de los complejos S-300 a Siria, así como las afirmaciones que a veces se escuchan de que Damasco cuenta con los sistemas Pantsir rusos son muy importante para otros participantes del conflicto. Cabe señalar que tienen razón al preocuparse de que el uso de estas armas por parte del Ejército sirio pueda complicar significativamente la implementación de sus propios objetivos geopolíticos en la República Árabe Siria", dijo el experto.
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Así, según Asáfov, uno de los objetivos clave de la visita del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a Moscú en el Día de la Victoria consistía en persuadir a Rusia de no renovar las negociaciones sobre el suministro de S-300 a Siria.
Además, el mandatario sirio lanzó un mensaje a sus adversarios con estas declaraciones respecto a los S-300.
"Para Damasco esta retórica, sin duda, sirve como una herramienta para contener a sus vecinos y otros participantes externos del conflicto. Solo la hipótesis de que Siria dispone de los S-300 puede prevenir la agresión y otros pasos tomados por parte de Israel y, ante todo, la coalición de EEUU que involucren el uso de la fuerza ", concluyó.
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