"Estas prácticas son absolutamente inhumanas y reprochables, independientemente del estatus migratorio de los migrantes, y son una violación directa a los derechos de quienes solicitan asilo, según la legislación de los EEUU, y va en contra de todos los tratados de derechos humanos que EEUU ha ratificado", indicó este miércoles la especialista.
Washington decidió procesar en tribunales federales a los inmigrantes que cruzan la frontera de modo irregular, aun si simplemente son solicitantes de asilo, y por tanto separan a los adultos de los niños, que son colocados en centros de internamiento temporal en la frontera.
A decir de Zambrano, esta separación forzosa dejará en los infantes "cicatrices emocionales" severas y "experiencias traumáticas" que "pueden afectar muchísimo su capacidad para convertirse en adulos sanos y emocionalmente equilibrados".
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Pero además, la afectación no es solo para los niños, pues los padres que son víctimas de estas decisiones "están viendo que sus hijos están sufriendo de desnutrición, de falta de oportunidades y esto es lo que va a complejizar muchísimo la situación".
Para Zambrano, lo que se vive este momento es "una crisis moral y una crisis humanitaria".
"Estamos hablando de que esto es insostenible y tiene que pararse", afirmó, para lo que se necesita el reclamo permanente de "la comunidad internacional y de los propios ciudadanos norteamericanos que están indignados y dolidos".
Según datos de Plan Internacional, en el mundo existe "un record" de 68,5 millones de personas que están siendo desplazadas por conflictos y persecución.
Plan Internacional advierte también que las familias afectadas en la frontera se enfrentan a una marea de problemas complejos, incluida la desnutrición, la falta de oportunidades para los jóvenes, el Zika y otros factores sociales, todo lo cual se complica con la violencia desenfrenada y la corrupción.