Hace un año, un pueblo del distrito nacional alemán en la región rusa de Altái, donde desde hace mucho tiempo vive población germana, abrió sus puertas a una familia árabe. Qadim Abud, proveniente de Bagdad, se mudó a Siberia con sus tres hijos y se casó con una rusa llamada Vera.
La madre de Vera la convenció para casarse con el iraquí. El hombre se compró una vivienda y empezó a criar ganado. La familia vive en una casa que carece de gas y agua corriente. Sin embargo, esto no impide que el hogar irradie amor.
A veces la pareja tiene pequeños desencuentros y la suegra de Qadim no está contenta con el hecho de que el hombre tome prestado dinero de manera constante, pese a tener una cuenta bancaria en Bagdad. No obstante, pese a todo esto, las relaciones de pareja siempre vuelvan a la normalidad.
Sputnik solicitó confirmar la identidad del hombre al Ministerio de Defensa y el Ministerio de Exteriores de Irak. El ente militar iraquí respondió que no dispone de información sobre este individuo.
Al mismo tiempo, la Cancillería del país árabe realizó una búsqueda en los archivos, pero tampoco logró encontrar algo sobre Abud.
"No tenemos ninguna información sobre esta persona, ni conocemos su origen", comentaron desde el Ministerio de Exteriores a Sputnik.