"Mi primera experiencia fue en Moscú en un hostal. Mi compañero de cuarto era ruso y vino a Moscú desde otra ciudad para estudiar en la universidad. Quería ir a la Plaza Roja, donde se reúnen los hinchas iraníes. Me dijo que iría conmigo. Me ayudó a cambiar el dinero por rublos y me compró un recuerdo: una taza grande. Numerosos gestos similares, positivos y amigables también los vi de otros rusos en San Petersburgo y Kazán".
Según Yazdani, "los rusos son muy bondadosos y hospitalarios, pero pueden parecer algo tímidos al principio y les cuesta empezar la conversación, pero al pasar 10 minutos, esa barrera se borra".
Además, el hincha iraní destacó la buena organización y el trabajo de los voluntarios en el Mundial, ya que "ayudan muy bien a los extranjeros a solucionar algunas dificultades".
"Este Mundial ha reunido a los iraníes y los rusos más que nunca. Después del partido entre Irán y España en Kazán, muchos rusos, tayikos y uzbekos animaron a los hinchas iraníes".
Además, según Yazdani, ahora los iraníes se han dado cuenta de que no les sale tan caro salir al extranjero, incluyendo a Rusia. "Es una gran oportunidad para ganar experiencia y viajar", concluyó.
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