El 27 de junio, el barco de la ONG alemana Lifeline llegó a las costas maltesas con más de 230 refugiados. Las autoridades del país abrieron una investigación contra los responsables del navío por ignorar las órdenes de Italia de coordinar el rescate.
"Mientras no se aclaren estas cuestiones, Malta no puede permitir que organizaciones como la investigada utilicen los puertos malteses para sus operaciones", indicó el Gobierno del país insular en un comunicado.
El 21 de junio, las autoridades italianas rechazaron a Lifeline el acceso a los puertos del país, amenazando que de atracar el buque sería confiscado y su tripulación arrestada.
El miércoles la embarcación de rescate recibió la autorización para entrar en las aguas territoriales de Malta, país que integra la Unión Europea.
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