"En un meses vamos a tener el plan, de cuándo se van a iniciar y en donde se van a construir, no solo las nuevas refinerías sino la rehabilitación de las seis que existen actualmente, que están abandonadas y que requieren reconfigurarse, modernizarse, para procesar más petróleo crudo", dijo López Obrador en su sede de campaña desde donde organiza la transición presidencial.
"Se está cayendo la producción de petróleo; y no se puede refinar si no se tiene el petróleo crudo", expuso el político de izquierda nacionalista que se opuso abiertamente a una reforma energética constitucional que puso fin al monopolio de la industria petrolera que duró ocho décadas.
La producción petrolera alcanzó un pico histórico de 3,4 millones de barriles diarios en 2004, y comenzó a declinar año tras año, hasta bajar a unos 1,9 millones de barriles este en 2018, una caída de alrededor de 45% acumulado en 14 años.
El claro triunfador en los comicios, que logró unos 30 puntos de ventaja sobre el segundo lugar, agregó que "mañana y pasado mañana" los dedicaría a recibir a miembros del próximo gabinete presidencial.
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Finalmente dijo que a mediados de septiembre comenzará una gira por todo el país, para presentar las propuestas del próximo mandato de seis años 2018-2024, que será "un Gobierno del pueblo, para el pueblo y con el pueblo".
Entre los miembros del equipo de transición están el empresario Alfonso Romo, como coordinador, Tatiana Clouthier quien fue jefa de campaña, la exministra de la Corte Suprema de Justicia, Olga Sánchez Cordero, encargadas de la política interna, Marcelo Ebrard, exalcalde la el economista Carlos Urzúa para temas presupuestales y fiscales, y Marcelo Ebrard, recién nominado como canciller, en reemplazo de Héctor Vasconcelos, que ganó un asiento en el Senado.
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En la Cámara de Diputados de 500 asientos, la coalición del virtual presidente obtendría 312 curules; el frente de Anaya 128, y el oficialismo saliente 60 asientos.
En el Senado esa relación sería de 70 curules para los partidos del próximo mandatario, 38 para los que apoyaron a Anaya y 20 senadores para los seguidores de Meade.
Su ventaja en el Congreso es una mayoría simple, pero carece de mayoría calificada de tres cuartas partes del Poder Legislativo para modificar la Constitución, como es el caso de la Reforma Energética, que también requiere, legalmente, que tres cuartas partes de los 32 congresos provinciales la aprueben.