Se trata de casi un 69% de un total de 434 encuestados. Solo un 8,5% se muestra favorable a la guerra comercial con el gigante asiático. Un 34% de las empresas estadounidenses reconoce que el Gobierno de China ha mejorado las políticas estatales que aplica a las compañías extranjeras, una cifra que en 2017 era del 28%.
Miedo no solo en China
Las consecuencias negativas de continuar con la batalla arancelaria también las temen en el territorio estadounidense los estados cuya industria mantiene lazos más fuertes con China.
Alaska
Construir un gasoducto y vender gas natural licuado ha sido, durante casi medio siglo, el sueño de Alaska. Pero llevarlo a la práctica no se consideró que fuese rentable debido al aislamiento geográfico, a la competencia y al alto coste. Alaska confía en que China, a pesar de los roces comerciales con Estados Unidos, ayude a que ese sueño se haga realidad.
La estrategia de Trump incluye la tarea de conseguir que Estados Unidos no solo sea un país dependiente de sus recursos energéticos, sino también uno que domine en el sector energético, advierte a Sputnik Víktor Supián, experto del Instituto de Estudios Estadounidenses y Canadienses de Rusia.
"Por eso presiona tanto a Europa y le exige que sustituya los gasoductos rusos como el Nord Stream 2 por el gas natural licuado de Estados Unidos. Así que está claro que hay motivos tanto políticos como económicos. En Asia no hay ningún país que domine el mercado del gas, por eso para los estadounidenses es muy importante hacerse con una parte del pastel", explica Supián.
California
Esto también te puede interesar: China se prepara para asestar un golpe a la industria tecnológica de EEUU
Illinois
Chicago espera conservar un contrato valorado en 1.300 millones de dólares y acabar construyendo una fábrica de vagones de ferrocarril cooperando con China. Ahora, con la guerra comercial el proyecto pende de un hilo. El alcalde de la ciudad, Rahm Emanuel, viajó en julio al gigante asiático para tratar de salvar el acuerdo.