Mirópia Grigórievna reconoció que deseaba ver un partido en Kaliningrado, ya que su padre defendió la ciudad durante la Segunda Guerra Mundial, pero, por sus palabras, las entradas habían terminado.
"Esperé hasta el día 1 de mayo (Día Internacional de los Trabajadores), cuando se abrieron las taquillas en el Parque Olímpico; no fui al desfile y esperé en la cola con el número 187 durante cuatro horas hasta la apertura de las taquillas, pero luego descubrí que no había entradas en Kaliningrado", contó.
"Me dijeron que solo habían entradas por 12.000 rublos (165 euros), pero ¿de dónde consigo el dinero? Solo tengo mi pensión. Me puse de pie, me volví y me fui", compartió.
Unos días más tarde, Mirópia Grigórievna, junto con una amiga, consiguieron entradas para el partido de la fase de grupos entre Croacia y Nigeria en Kaliningrado, pero por varias razones la mujer no pudo acudir a dicho encuentro.
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El alcalde de Sochi, Anatoli Pakhómov, no permaneció indiferente ante la situación de esta mujer y la invitó a un partido.
"Pakhómov invitó a Mirópia Grigórievna a su oficina y anunció solemnemente que el Comité Organizador de Rusia 2018, después de su petición, regaló una entrada a la mujer para el partido en San Petersburgo por el tercer puesto", comunicó la alcaldía.
A su llegada a San Petersburgo, Mirópia Grigórievna también fue recibida por voluntarios, pero el camino hacia el estadio se retrasó debido a diferentes circunstancias y solo pudo llegar a la entrega de premios a la selección de Bélgica tras conquistar el tercer puesto en el Mundial ante Inglaterra (2-0).
"Me alegro de haber logrado ir al estadio, verlo, saber el marcador, las selecciones que jugaron, y ver la entrega de premios", manifestó.
"Soy responsable de llegar tarde, pero no jugaron los nuestros (Rusia) y hubiera sido peor si hubieran jugado nuestros futbolistas", expresó, para concluir que "Lo más importante es que he estado allí, estoy feliz y muy agradecida".
Además del partido, Mirópia Grigórievna tuvo una excursión por la capital del norte y visitó la Plaza del Palacio, paseó por los pasillos del Museo del Hermitage y visitó la Catedral de Nuestra Señora de Kazán.