Dicho acuerdo fue rechazado con 88 votos a favor, 172 en contra y 81 abstenciones.
Además del rechazo de conservadores (Partido Popular) y liberales (Ciudadanos), el acuerdo fue rechazado por la coalición de izquierda Unidos Podemos y por los partidos independentistas catalanes.
Estos últimos fueron dos de los principales valedores de la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez a sustituir a Mariano Rajoy como presidente del Gobierno el pasado mes de junio.
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El acuerdo de estabilidad presupuestaria rechazado por el Congreso situaba el techo de gasto en 125.064 millones de euros, lo que supone un incremento del 4,4% respecto al de 2018.
La anterior senda, en cambio, contemplaba un 2,2% en 2019, un 0,3% para 2020 y superávit par 2021.
Los socios de Sánchez en la moción de argumentaron su rechazo a la senda presupuestaria afirmando que, antes de proceder a la votación, el Ejecutivo tendría que haber reformado la ley de estabilidad presupuestaria.
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Según la legislación actual, el Senado puede vetar el objetivo de déficit, por lo que la votación en el Congreso de los Diputados carece de relevancia, ya que el conservador Partido Popular, que tiene mayoría absoluta en la cámara alta, habría evitado después su aprobación.
Por su parte, los partidos independentistas acusaron a Madrid de no buscar un acuerdo y pidieron también unos presupuestos más expansivos que otorguen más margen de maniobra a las administraciones locales.
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El rechazo a la senda presupuestaria supone el primer gran fracaso parlamentario del Gobierno de Pedro Sánchez, que dispone únicamente de 84 de los 350 diputados que componen la cámara.
La portavoz del Gobierno español, Isabel Celaá, aseguró que el Ejecutivo no está en "ninguna situación de debilidad" y reiteró su intención de seguir buscando acuerdos que permitan llegar hasta el final de la legislatura sin un adelanto electoral.