Los científicos indicaron que podrían haber sido los meteoritos los que llevaron las primeras células orgánicas a la Luna.
Para justificar su hipótesis, los autores del estudio indicaron que en dichos periodos la Luna emitió una gran cantidad de gases, incluido vapor de agua. Aunque hoy en día la Luna no es apropiada para la vida, entonces los gases podrían haber contribuido a que en el satélite apareciera agua. Por consiguiente, allí podía haber aparecido una atmósfera estable, potencialmente capaz de albergar vida.
"Si el agua en estado líquido y una atmósfera determinante inicialmente estuvieron presentes en la Luna durante largos periodos de tiempo, suponemos que su superficie podría haber albergado vida, al menos, temporalmente (…) Es posible que en los estanques lunares vivieran microbios, hasta que la superficie se quedara seca y sin vida", explicaron los científicos.
Los estudiosos agregaron que los campos magnéticos que existían entonces podrían haber protegido a los organismos vivos de los vientos solares.
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Los investigadores prevén que la futura exploración del satélite permitirá hallar más pruebas para justificar su hipótesis.