"Fuimos con nuestros compañeros para ver con nuestros propios ojos la realidad [de Crimea].Queríamos charlar con los propios habitantes, con los que tienen su negocio en la península y en su capital".
La última vez que este miembro del Partido Comunista checo estuvo en Crimea fue hace mucho tiempo, en la segunda mitad de la década de 1980. "Y por eso puedo comparar en qué estado estaba toda una serie de lugares en aquel entonces, lo que hizo con ellos la cleptocracia postsoviética y cómo está ahora todo montado en Crimea".
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Pone como ejemplo el Centro Internacional de Niños Artek. El campamento cayó en desgracia tras la caída de la Unión Soviética en 1991. Dice que también estuvo allí hace también mucho tiempo y que el Gobierno que vino después lo desmanteló casi hasta destruirlo completamente. Hasta 2014, cuando se volvió a reconstruir. "En 2018 están viniendo aquí niños procedentes de 60 países", asegura. Entre ellos, de la República Checa.
Skala destaca también que, durante su viaje a Crimea, pocos han sido los casos en los que ha visto patrullas de policía por las calles, lo que, en su opinión, "solo es posible allí donde reina una atmósfera de armonía en la sociedad". Pero aquí no acaban los piropos a Crimea de este comunista.
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"Asistimos al desfile de la Flota del Mar Negro. En las últimas décadas se han modernizado los cimientos de todas las fuerzas de la Marina, no solo de las del mar Negro, quienes contribuyeron en gran medida a derrotar a los grupos terroristas responsables de las masacres en Siria. La restauración del equilibrio geopolítico, perturbado por la perestroika y por la desintegración [de la URSS] en la década de los 90, se está dando a pasos agigantados", celebra.
Sobre todo en los mares y en los océanos, donde antes "el señor de los mares" se sentía un gobernante con poder ilimitado. "Así es exactamente como lo ven muchos especialistas estadounidenses", añade, y concluye que se convencieron de ello tras presenciar el espectáculo en el puerto de Sebastopol.
Sin embargo Skala asegura que no le gustó cómo trata Ucrania el enclave. "Muchas veces han cortado la electricidad y el agua".