La estimación inicial fue de 80.000 millones de yenes por unidad (unos 719 millones de dólares) o, si se incluyen los gastos de mantenimiento, unos 200.000 millones de yenes por los dos sistemas que se prevé desplegar en las prefecturas de Akita y Yamaguchi.
El Ministerio de Defensa japonés atribuye la subida del precio al mejor rendimiento de los radares, pero el periódico pone en tela de juicio este argumento.
"Siempre hemos sabido que para proteger a todo Japón con apenas dos sistemas de defensa antimisiles terrestres, necesitaríamos radares con una capacidad doble como mínimo en comparación con el sistema actual. El gobierno debe revisar a finales de este año las directrices del Programa de Defensa Nacional y es justo que discuta en el marco de dicha revisión los planes de introducir a gran escala nuevos equipos como Aegis Ashore", señala el periódico en su editorial.
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Rusia mira con preocupación el posible despliegue de estos sistemas en Japón, habida cuenta de que se basan en lanzadores universales capaces de emplear armas ofensivas. El vicetitular de Exteriores ruso Serguéi Riabkov afirmó en diciembre de 2017 que, por sus características técnicas y sus prestaciones, son sistemas idénticos a los estadounidenses que pueden lanzar tanto misiles interceptores como misiles de crucero de alcance medio y más corto.