La última vez que tuvieron noticias de Serguéi fue a finales de julio, cuando la hija del exespía, Yulia, telefoneó para felicitar a la abuela por el cumpleaños asegurando que su padre ya estaba mejor y llamaría unos tres días más tarde, apenas terminara de recuperarse de una traqueostomía.
"Él es buena persona, ama a su madre y le habría llamado a la primera oportunidad", afirmó Victoria Skripal.
La ausencia de fotos recientes en la prensa, según ella, también resulta sospechosa.
"Ninguno de los periodistas con los que he hablado pudo entrar en el hospital de Salisbury. Los empleados estaban tan asustados que por nada del mundo querían sacar fotos. Tampoco a nosotras nos dejan entrar. No entiendo qué tendría de malo si lo viéramos", dijo la sobrina de Skripal.
La hija del exagente abandonó el hospital el 9 de abril y fue trasladada a un lugar secreto. Su padre fue dado de alta el 18 de mayo. También recibió el alta médica el detective Nick Bailey, la tercera persona que se expuso al agente nervioso en Salisbury.
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Moscú rechaza las acusaciones de Londres, que considera infundadas, y sigue reclamando acceso a las pruebas para poder colaborar con la investigación.
También insiste en el acceso consular a los Skripal, habida cuenta de que los dos mantienen nacionalidad rusa. Si no necesitan ayuda, deberían decirlo en persona para eliminar las sospechas de que se trata de una detención forzada o un secuestro, según la Cancillería rusa.