En este sentido sostuvo que estos mecanismos de intervención "obviamente abonan a la distintas fracciones del capital" que se están disputando a América Latina y sus bienes naturales.
El 18 de abril una protesta social vinculada a las reformas en la seguridad social que pensaba instrumentar el Gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) con Daniel Ortega a la cabeza, derivaron en todo tipo de reclamos sostenidos por acciones violentas de grupos organizados y armados. Desde entonces y hasta julio se sucedieron episodios de violencia que dejaron cientos de muertos.
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En ese lapso se abrieron mesas de diálogo que fracasaron varias veces, según el Gobierno, porque no había una voluntad real de alcanzar un acuerdo. Actualmente, la oposición exige elecciones anticipadas.
Consultada sobre la aparente reducción de la intensidad del conflicto, Yagenova estimó que "hay fuerzas que apuestan realmente al diálogo, y creo que las facciones más radicalizadas, que apuestan a un golpe de estado, o a la violencia, puede ser que estén ahora en una situación de mayor debilidad".
Sin embargo, aclaró que esto puede cambiar en cualquier momento, ya que los objetivos subterráneos de la primera protesta se mantienen.
Para la politóloga, "el Frente Sandinista tiene una base social histórica y leal que tiene identidad, y esto es muy importante (…) porque me parece que tiene la oportunidad de redireccionar la crisis en torno hacia otro modelo de gestión política y económica".