El bot Momo aparece en la lista de contactos y envía amenazas asegurando que tiene acceso a los datos personales del usuario. La foto de perfil muestra una espeluznante escultura japonesa con rostro de mujer y patas de pájaro, una macabra sonrisa y unos enormes ojos saltones.
El niño brasileño Arthur Luis Barros Santos, de nueve años, fue hallado colgado de un árbol en la capital de Pernambuco, Recife. Trataron de salvarlo, pero no sobrevivió. Su madre, una maestra, Jany Nascimento, testificó a las autoridades que su hijo probablemente participó en un juego virtual y se vio obligado a ahorcarse.
Además del caso del pequeño Arthur, en Brasil, se han registrado varios incidentes, que se atribuyen al hecho de que los niños estuvieron implicados en el juego de Momo.
Temas relacionados: Retos virales: ¿cuándo lo divertido pasó a ser peligroso?
"Tanto padres como educadores deben estar en guardia y tener cierta sensibilidad para saber cuándo se trata de una simple diversión o no, y en cualquier caso, evitarlo teniendo en cuenta los riesgos que puede acarrear. Cuando se trata de adolescentes angustiados emocionalmente, se debe intervenir y escucharlos atentamente, pero sin juzgarlos", explicó Nejm, que también es el director de ciberseguridad de la ONG brasileña Safernet.
Rodrigo Nejm, asimismo, enfatiza que Internet es una especie de gran espacio público y que los niños no deben pasar mucho tiempo en línea sin supervisión ni guía. "No tienen la madurez necesaria para distinguir la información falsa de la verdadera ni un juego de una situación criminal, no saben evaluar críticamente una situación, por eso [estas cosas] necesitan ser discutidas y habladas ", afirma el experto.