Salvini surfea en el tsunami político europeo. Y se siente cómodo. Su línea discursiva, apoyada con hechos, parece 'darle la derecha' entre el electorado, y comenzó a ramificarse dentro del bloque comunitario. La ola migratoria, producto de los conflictos provocados por Occidente en Medio Oriente, agita a la UE. Pero es sólo uno de los síntomas.
"En estos cien días de Gobierno lo que ha pasado es que Matteo Salvini le ha ganado la partida por mucho políticamente al otro partido del Gobierno, el Movimento 5 Stelle (Movimiento 5 Estrellas). Ha sabido operar muy bien políticamente todo lo que él ha querido. […] Sobre todo en el terreno mediático discursivo está mucho más presente que los otros. Luigi di Maio del M5S, más allá de la torpeza que ha cometido al hablar, se ha visto débil, contradictorio, y simplemente incierto en la manera de actuar", observa Dromundo.
Y Francia es una constatación viva de que esta inclemencia climática en política atraviesa todas las defensas del bloque comunitario y se vuelve fuerza propia en varios protagonistas del viejo continente. Marine Le Pen ha tomado nota de lo que ocurre en Italia y la ha trasladado a su electorado en su inicio de curso, y con la vista puesta en la próxima primavera boreal.
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Y no sólo blandió como ejemplo a La Liga de Salvini. También lo hizo con el FPÖ de Austria, e incidió en que la fuerza de sus ideas allí ya se ha hecho carne en el poder, tanto como en Hungría y Polonia, y llamó la atención de lo que ocurrió en los recientes comicios de Suecia.
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Tampoco los que están en el poder parecen colaborar en el aguante del dique que defienden. Fue justamente el presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien volvió a generar el rechazo en la clase política al completo, y en la sociedad de su país en general. En una jornada de puertas abiertas en el Elíseo, ante la preocupación desesperada de un ciudadano desempleado de 25 años por no encontrar trabajo, Macron le contestó: "Cruzo la calle y te encuentro un trabajo".
"No puede un jefe de Estado tener esa actitud de regañar a un desempleado que es su culpa no tener trabajo. Esa arrogancia le puede costar muy caro", entiende Dromundo, al explicar que "Macron no ha sido popular desde que llegó a la presidencia. Ha promovido una serie de reformas que no han sido aceptadas por una parte importante de la población, [lo que] ha provocado muchas movilizaciones en su contra".
Por si las cosas no estaban ya lo suficientemente revueltas, el palazo que recibió el presidente de Hungría la semana pasada en el Discurso del Estado de la Unión, fue monumental. El proceso disciplinario que se votó en su contra por sus políticas migratorias sacudió a la familia del Partido Popular Europeo, y les dejó como pollo sin cabeza.
"Veamos cómo se refleja en términos para las elecciones europeas porque puede generarse una nueva repartición de escaños muy interesante en el Parlamento Europeo, que pudiera obligar a reformas muy interesantes al interior de la UE", concluye Rolando Dromundo.