Pese a que Diana era la única mujer entre los participantes en la fase rusa del concurso de jóvenes profesionales WorldSkills, la muchacha logró superar a 60 oponentes gracias a sus depuradísimas habilidades.
"Entré a la escuela especializada de ingeniería y decidí probar suerte como soldadora", cuenta.
Diana ya ha alcanzado la calificación de soldadora de grado 5 —de los 6 posibles en Rusia—. Eso significa que la chica está preparada para soldar todo tipo de tuberías, en cualquier posición. Además, es capaz de soldar piezas de cualquier grosor, de cualquier tipo de metal y sus aleaciones.
"Yo sé hacer soldadura por arco de argón, manual y semiautomática", detalla.
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Pese a que califica la soldadura como un pasatiempo y no la ve como la profesión que planea seguir, Diana sueña con brillar a nivel internacional:
"Quiero convertirme en la campeona mundial de soldadura", revela la ambiciosa joven.