Esto se debe a que el hielo donde viven los osos se hace cada vez más fino y se vuelve frágil y quebradizo, lo que imposibilita que estos mamíferos puedan estar sobre ellos.
Más: Peligro de extinción: los majestuosos integrantes del Libro Rojo de Rusia
Por eso, los animales tienen que nadar largas distancias en busca de alimentos, lo que a su vez provoca un mayor gasto de energía y, en consecuencia, su ración debe aumentar. Asimismo, para las madres es cada vez más difícil dar de comer a los oseznos, ya que estos no pueden cubrir largas distancias bajo el agua.