"Para los iraníes se produjo en momentos que estaban celebrando algo muy importante para su historia", recordó Botta, al señalar que el ataque se concretó durante el acto central por el 38 aniversario del inicio de la guerra contra Irak, el 22 de septiembre de 1980, y que se extendió hasta agosto de 1988.
La fecha elegida para cometer la agresión y el hecho de que dicho conflicto bélico sea denominado en Irán como la Guerra Impuesta, son factores que superan las diferencias coyunturales entre los iraníes.
El Gobierno acusa a Estados Unidos de propiciar aquella guerra, declarada un año después de que la revolución pusiera fin al régimen pro estadounidense que gobernó el país hasta 1979.
Y también lo acusa de alentar este tipo de ataques para desestabilizar el país en momentos en que Donald Trump procura aislar a Irán luego de romper unilateralmente el Pacto Nuclear suscrito en 2015 y de haber restablecido las sanciones económicas y comerciales.
"Por haber sido en una fecha importante para todos los iraníes, con ese nivel de violencia, y que haya atacado al Ejército, no creo que se generen divisiones, por el contrario creo que va a hacer que la opinión pública, a pesar de lo que se está viviendo, probablemente apoye al gobierno".
En este sentido, Botta insistió en que "sería simplista pensar que porque el gobierno no está pasando su mejor momento la gente va apoyar cualquier intento de desestabilización".