La bancada evangélica de la Cámara de Diputados de Brasil está ahora en torno de los 80 o 90 diputados, creció de forma significativa desde la redemocratización del país en los años 80 y "se espera que aumente en estas elecciones", dijo a Sputnik la profesora de psicología social de la Universidad Mackenzie de São Paulo, Bruna Suruagy, especializada en el tema.
Sin embargo, la Justicia Electoral detectó un aumento del 11% del número de candidatos que se presentan a los comicios con nombres religiosos como "pastor", "padre", "hermano" o "hermana", respecto de las elecciones de 2014.
Para estos comicios, estos llegan a 518.
Suruagy recordó que estas son las primeras elecciones en que se aplicará una nueva norma que prohíbe realizar actos de campaña dentro de templos religiosos.
Tema relacionado: Sacerdote venezolano: la iglesia no debe ser un espacio de política partidista
Hasta ahora muchas iglesias, sobre todo evangélicas, acogían mítines de campaña y los pastores pedían el voto para determinados candidatos durante sus sermones sin ninguna restricción.
"Ahora eso está considerado delito electoral, era algo que comprometía mucho la laicidad del Estado, porque generaba un desequilibrio en las relaciones de fuerza, dado que hay iglesias muy poderosas interfiriendo en el proceso electoral y en el proceso político", comentó Suruagy.
Sin embargo, la experta no cree que la medida tenga gran impacto: nadie fiscaliza lo que pasa dentro de las iglesias, que siguen haciendo campaña de manera más discreta.
Algunas comunidades neopentecostales, en general las más radicales, desarrollaron auténticos manuales para colocar a sus candidatos en el poder; el mejor ejemplo es el de la Iglesia Universal del Reino de Dios, fundada por el brasileño Edir Macedo en los años 70 y presente en 180 países.
La Iglesia Universal fue pionera al crear su propio partido político (Partido Republicano de Brasil, PRB) y un sistema para distribuir a sus candidatos en diversos templos que actúan como distritos electorales, de forma que no compitan entre sí y no haya pulverización de votos.
Además: Las iglesias evangélicas, detrás del giro conservador en América Latina
La estrategia está funcionando: en las elecciones municipales de 2016 el PRB pasó de 80 a 105 alcaldes; su principal conquista fue la ciudad de Río de Janeiro, la segunda más grande del país, que desde entonces está gobernada por Marcelo Crivella, un exobispo de la Iglesia Universal.
Su actuación en el Congreso está marcada por "manifestaciones estridentes y expresiones hiperbólicas" en defensa de la familia tradicional o los valores cristianos, con el objetivo de ganar visibilidad mediática y conquistar también al elector conservador que no necesariamente está vinculado a las iglesias.
Suruagy explicó que esta agenda se coloca en un primer plano para "dejar en un segundo plano lo que de verdad importa, sus intereses empresariales".
Asunto relacionado: "Iglesia Católica vive un paulatino descenso en América Latina"
Lo que mueve a muchos de estos parlamentarios es la aprobación de medidas relacionadas con la concesión de canales de radio y televisión para sus grupos religiosos, exenciones fiscales para los templos, facilidades para construir nuevas iglesias, etcétera, según la analista.
La preocupación por mantener y ampliar este tipo de privilegios es lo que une a los parlamentarios evangélicos y a los católicos, según Suruagy, quien no obstante subrayó las diferencias entre los dos bloques.
"La bancada católica es aún más influyente que la evangélica, pero ellos tienen una estrategia diferente; los evangélicos buscan dar una idea de volumen y de poder con visibilidad mediática y la lógica del espectáculo, pero los católicos prefieren articulaciones silenciosas", aseguró.
Al final, todos se pusieron de acuerdo en elaborar una Ley General de las Religiones (2009), que beneficia tanto a unos como a otros y asegura que la religión esté presente como asignatura en todas las escuelas públicas y que los templos no tengan que pagar impuestos.