En sus presentaciones libres y gratuitas, el elenco ruso hizo gala de danzas tradicionales y malabares con sables, al son de sus melodías características. De acuerdo con Varlamov, en cada función el Coro ha tenido un "éxito" rotundo, pues el legado ruso en un momento decisivo de la historia paraguaya aún vive en la memoria colectiva.
"Estas presentaciones del Coro de Cosacos de Moscú representan un homenaje al aporte que hicieron nuestros compatriotas al desarrollo de la ciencia, la educación y la cultura en Paraguay, así como en la defensa de este país, de su soberanía e integridad territorial", dijo el diplomático.
Banco Central del Paraguay, Coro de los Cosacos de Moscú Gracias!! Fue hermoso!! pic.twitter.com/jpeAvVa0uT
— Victoria Kanonnikoff (@tkanonnikoff) 2 de octubre de 2018
Durante el conflicto iniciado en 1932, Paraguay y Bolivia se disputaron el control del Chaco Boreal, una región con yacimientos de hidrocarburos. En el bando paraguayo participaron unos "60 inmigrantes rusos", recordó Varlamov. Estos integrantes del Ejército Blanco habían llegado al país tras la llegada de los bolcheviques al poder en su nación de origen.
"Se alistaron como voluntarios al Ejército paraguayo, manteniendo sus rangos. Lucharon como profesionales, mostrando un ejemplo de valentía y honor profesional y militar. Por eso hasta hoy día son muy respetados y recordados en el Paraguay", subrayó el diplomático.
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Ese país los había recibido de brazos abiertos, pues "necesitaba cuadros calificados". Los rusos que llegaron, en su mayoría, "era gente con alta preparación profesional".
"Varios de ellos eran oficiales del Ejército del Imperio ruso, profesionales de rango entre capitán y general, como por ejemplo el general [Iván] Beliáev. Se reunieron y dijeron que no podían cerrar los ojos y pretender que no veían lo que pasaba alrededor, cuando el país que se convirtió en su segunda patria estaba en peligro", explicó Varlamov.
La llegada a Paraguay del Coro de Cosacos de Moscú se da en la cercanía del aniversario de la Batalla de Boquerón —28 de septiembre—, "la primera gran victoria de los paraguayos" en la Guerra del Chaco. En ese episodio, perdió la vida el capitán Vasili Orefiev-Serebriakov, de origen cosaco, uno de los rusos que peleó bajo las órdenes de Asunción.
"Era jefe de un batallón de infantería. Murió en aquella batalla y entró en la historia. Dirigiéndose a su tropa, dijo mirando al cielo desde la trinchera: '¡Qué lindo día para morir!', Esas palabras y su heroísmo se quedaron en la historia del Ejército paraguayo", relató el diplomático ruso.
Su nombre, y el de otros seis combatientes rusos, figuran en las calles de la capital paraguaya, prueba de la importancia que estas figuras tuvieron en el país.
La visita fue posible gracias a los esfuerzos de la Embajada de Rusia y la Cámara Ruso-Paraguaya de Comercio, Producción y Cultura, cuyos afiliados "aportaron los medios necesarios" para traer al Coro.
"Ahí están reunidas las compañías que tienen lazos de negocios con Rusia, venden carne y soja. Rusia es uno de los socios comerciales más importantes de Paraguay", dijo Varlamov.