El presidente estadounidense, Donald Trump, dijo esta semana, al intervenir en una concentración de sus partidarios en Misisipi, que, aunque le gusta el rey saudí Salman Bin Abdulaziz, este no duraría ni dos semanas sin el apoyo de EEUU y por tanto debe recompensarlo.
Añadió que hace dos años Riad priorizaba compra de armamento a otros países, pero desde que Trump se instaló en la Casa Blanca, el reino saudita reformuló su estrategia para los próximos diez años y decidió que adquirirá más del 60% de las armas a EEUU y otro 40% será fabricado en territorio saudí con el uso de tecnología estadounidense, lo que supondrá unos 400.000 millones de dólares en gastos e inversión.
"Ello impulsará creación de empleos en ambos países, será una buena oportunidad comercial que traerá beneficios a ambos Estados, impulsando crecimiento económico y también potenciando nuestra seguridad", comentó Bin Salman.
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Preguntado si las relaciones entre Riad y Washington siguen siendo buenas después de las polémicas declaraciones de Trump, el príncipe heredero dijo que se trata de "un asunto malo frente al 99% de cosas buenas".