"Esperamos que el Gobierno de Macedonia proceda a una reforma constitucional, y cuando esta se realice, también empezaremos a cumplir nuestro compromiso de promulgar el acuerdo", dijo en los márgenes del foro Diálogo de Civilizaciones que se celebra en la isla de Rodas.
El pasado 17 de junio, Atenas y Skopie zanjaron una disputa de casi tres décadas sobre el nombre de la Antigua República Yugoslava de Macedonia, pactando que pasaría a llamarse Macedonia del Norte, y acordaron establecer una relación de asociación estratégica entre las dos naciones.
Según la Comisión Electoral nacional, el 91,46% de los votantes consideró que Macedonia debe aceptar el acuerdo con Grecia y tomar el rumbo a la integración euroatlántica.
El plebiscito estuvo marcado por la baja participación, del 36,91%, inferior al mínimo necesario del 50%, no obstante, EEUU, la OTAN y la UE lo calificaron de exitoso.
Crisis migratoria
Asimismo, el viceministro griego de Exteriores aseveró que el Reglamento de Dublín, que prevé regreso de los migrantes al país de su primera entrada, debe revisarse antes de fin de año para aliviar la carga migratoria sobre países como Grecia, Italia y España.
"Es necesario lograr una solución global para el problema de la migración que prevea una estricta revisión del Acuerdo de Dublín, de ser posible, antes del fin de este año 2018 (…) ya que toda la carga recae sobre los países de la primera entrada como Grecia, Italia y España", dijo Katrougkalos.
La Convención de Dublín (conocida igualmente como el sistema de Dublín) es una ley de la Unión Europea encaminada a racionalizar los procesos de postulación de solicitantes de asilo según la Convención de Ginebra.
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El refugiado se repatria a su país de origen en caso de no tener permiso de residencia en el país donde se encuentre o de ver su solicitud de asilo rechazada.
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Los países que reciben el mayor número de migrantes, en particular Grecia e Italia, están en contra de ese sistema, ya que las normas bloquean a los refugiados en su territorio.
Según la misma organización, unos 103.000 migrantes arribaron a Europa en lo que va del 2018, de ellos 84.300 por vía marítima.
El número de muertos y/o desparecidos este año intentando alcanzar las costas europeas por el Mediterráneo asciende a unas 1.800 personas.