Parece que matar a periodistas en Europa nunca ha sido tan fácil como en la actualidad. Ser periodista e investigar la corrupción vinculada a lo institucional en la Unión Europea ya es casi un sinónimo de firmar la sentencia de muerte.
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Y es que el asesinato de la periodista Victoria Marínova en Bulgaria, se suma a los del periodista Jan Kuciak en Eslovaquia a finales de febrero de este año, que estaría vinculado a su investigación sobre delitos fiscales de varios empresarios eslovacos –incluido uno relacionado con el partido del Gobierno–, y al de la periodista Daphne Caruana en Malta en octubre de 2017, cuyo trabajo de investigación salpicaba al Gobierno de ese país con los Papeles de Panamá.
El columnista de Sputnik y exdirector de Euronews, Luis Rivas, opina que la coincidencia de estos tres asesinatos parece hacer reaccionar a la UE.
"Pero yo creo que los asesinatos en sí deberían ser investigados en los países donde suceden, y esta sorpresa debería centrarse más bien en el control del dinero que el bloque envía a ciertos países. La UE incluso ha creado un organismo, la OLAF [Oficina Europea de Lucha contra el Fraude], que está investigando toda esa corrupción que se establece con las ayudas europeas a ciertos países. Y desde hace décadas se sabe que ese dinero es utilizado para ciertas cosas, y es desviado por ciertas organizaciones y para ciertas personas, siempre del entorno mafioso de algunos personajes cercanos a Gobiernos".
Tan claro parecen tenerlo en el seno de Bruselas acerca de que estos crímenes están ligados a la corrupción enquistada en ciertos países y a ciertos niveles al interior del bloque, que el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, no dudó relacionar el asesinato de Marínova con su labor profesional. "De nuevo, una periodista valiente ha caído en la lucha por la verdad y contra la corrupción", tuiteó Timmermans.
Shocked by the horrendous murder of Victoria Marinova. Again a courageous journalist falls in the fight for truth and against corruption. Those responsible should be brought to justice immediately by the Bulgarian authorities.
— Frans Timmermans (@TimmermansEU) 7 октября 2018 г.
Rivas explica que esto es un claro síntoma de que "en algunos países esta cacareada libertad de información, libertad de prensa y el respeto hacia ella, no existe como tal, como se dice. Es síntoma también de que la UE tiene un descontrol sobre los fondos que ofrece al exterior, y es también una parte de hipocresía, porque los vínculos de organizaciones mafiosas, principalmente italianas, con grupos de poder y con grupos económicos de Europa, incluidos Alemania y España, existen desde hace muchas décadas. Y a pesar de ser combatidos por las policías locales, en muchos casos tienen apoyos políticos que tapan esa situación, simplemente porque quizá no hay muertos en esos países, pero la situación sigue siendo la misma", incide el periodista.
"Sí, es una situación inesperada. Pero al mismo tiempo que Juncker habla de cuestiones de libertad de prensa, en el Parlamento Europeo se quieren imponer restricciones a la prensa con la supuesta necesidad de frenar las noticias falsas o 'fake news', y es algo que se está extendiendo por toda Europa. Hay una cierta hipocresía dentro de Europa en denunciar supuestos ataques a periodistas, y al mismo tiempo intentar restringir su libertad de expresión por temor a que la información refleje informaciones que no son del gusto, ni de la UE, ni los países que la integran", concluye Luis Rivas.