"Creo que muchos coincidirán conmigo: ataques terroristas, asesinatos de personas a las que eligió la población para gobernar en las regiones [de Donbás], por los servicios de seguridad de Ucrania es la peor manera para normalizar las relaciones con esos territorios", dijo.
Al mismo tiempo, el líder ruso denunció que hasta hoy Ucrania no está dispuesta a observar los acuerdos de Minsk, entre otros motivos, a causa de la política interna.
"Me refiero a las próximas elecciones presidenciales, y después parlamentarias", dijo.
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El presidente de la autoproclamada República Popular de Donetsk (RPD), Alexandr Zajárchenko, murió el 31 de agosto en un atentado.
El 7 de septiembre, el Consejo del Pueblo (Parlamento) de la RPD nombró a Denís Pushilin jefe interino de esta república y convocó para el 11 de noviembre las elecciones del presidente y del Parlamento.
La República Popular de Lugansk decidió celebrar los comicios presidenciales y legislativos en la misma fecha de la RPD.
Relaciones con Ucrania
Además, Putin espera que sea posible construir buenas relaciones con las nuevas autoridades de Ucrania después de las elecciones presidenciales en ese país.
"Debemos esperar hasta que termine el ciclo político, y espero mucho que podamos construir de algún modo relaciones con el nuevo Gobierno del país", dijo.
Subrayó también que la política actual de Kiev consiste en "vender rusofobia y ánimos antirrusos" porque "ya no tiene más mercancías".
Las autoridades ucranianas creen que la cooperación con Moscú provocará un aumento de la competencia en los mercados globales, explicó el presidente de Rusia, al añadir que su país solo busca desarrollar relaciones de trabajo.
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"Lo que están haciendo las autoridades actuales de Ucrania no es solo estancar la situación, sino realizar una política antiestatal y antipopular de la misma manera en la que Saakashvili intentó ocultar y después implementar la suya en Georgia, atacando a Osetia del Sur", declaró el líder ruso al expresar su esperanza de que el Gobierno ucraniano "no siga sus huellas".
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Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política del conflicto pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia cuyo resultado la ONU estima en más 10.300 muertos.
